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martes, 7 de marzo de 2017

∞ - GRAVITY FALLS - Temporada 2.5 // Ciclo: Las estaciones // - Episodio 3 - // [ Versión Internacional ]

Aviso: Quienes quieran revisar sólo la actualización más reciente, pueden leer a partir de donde se encuentre la flecha roja.




Mes de febrero.

-

Shandra Jiménez tuvo que atrincherarse en su pequeña oficina al interior de la estación emisora de televisión local, en donde ella ejerce sus labores periodísticas.

No podía dejar el edificio ante el riesgo de ser capturada por los fanáticos racistas.

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Shandra habló con su colega reportero y le encomendó la tarea de internarse en áreas cercanas a las montañas, con el objetivo de obtener información e imágenes. Ella sabe que hasta las afueras del pueblo llegaron las persecuciones en contra de los trabajadores migrantes y de todos los que no sean de piel blanca.

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El compañero periodista aceptó el encargo, pese a ser una labor muy peligrosa. 

Era obvio que las brigadas del "KKK" merodeaban por el lugar.



El reportero no era ningún excursionista experimentado. En su torpeza dejó muchos rastros a su paso por el bosque. 

Creyó que había tenido suerte al no haberse topado con los milicianos. Tenía razón. Pero en realidad sucedió que dos grupos de ellos habían sido dejados inconscientes por el extraño forastero enviado desde lejanas tierras. El reportero ya no lo alcanzó a ver, pero sí pudo tomar varias fotografías de los hombres de blanco que yacían tirados en la nieve. Registró indicios de lucha, que estaban presentes por todos lados.

Reporter: -¡Ahh! Pero... ¿Qué sucedió aquí...? 
         
Al periodista le llamó mucho su atención la existencia de unas extrañas huellas, a las que fotografió también. Revelaban la presencia de alguien o algo que atacó a los miembros del "KKK". 

El amigo de Shandra no era tan temerario como para aventurarse solo y seguir a la supuesta criatura. 

Las huellas iban en dirección hacia lo alto de la zona montañosa.

Reporter: -Oh, no. Ir tras la noticia no implica ir hacia una muerte segura. Creo que tomaré algunas fotos más y... ¿Un momento? ¿Qué es eso?

El reportero vio la pantalla de un aparato encendido, en la mano de uno de los brigadistas abatidos. 

Supo que uno de ellos logró llamar a sus superiores, con otro teléfono especial. Lo más probable es que les haya informado sobre el ataque mientras ocurría. Sin embargo, más intrigante fue una imagen que se captó, en donde se ve a la misteriosa criatura en acción, ahora ausente.

La fotografía no alcanzó a ser enviada de manera adjunta hacia los altos mandos del "KKK". 

El reportero tenía en sus manos una información privilegiada.

Decidió retirarse de inmediato, pues lo más seguro es que en poco tiempo la zona estará inundada por refuerzos de los supremacistas.


Reporter: -¡Tengo que irme de aquí! Pero, no puedo llevarme el teléfono. Lo rastrearán y habrán de llegar hasta mí. ¿Qué hago...? Creo, que ya sé...

Retiró la tapa. Extrajo la memoria interna y la puso en su propio dispositivo. Envió la imagen a Shandra y luego devolvió la memoria al dispositivo de donde lo sacó. Puso de vuelta el aparato en la mano del brigadista y fue entonces que el investigador emprendió la azarosa carrera de regreso al centro del pueblo.


Para cuando llegaron los refuerzos, encontraron a sus compañeros y los reanimaron.

Los elementos de apoyo examinaron el lugar.

-                                         

Los altos mandos del "KKK" tomaron la decisión de poner especial atención en Gravity Falls. A los ocupantes no les gustó nada la idea de que fuerzas extrañas los hiciesen quedar en ridículo, y sean un obstáculo en sus siniestros planes de "limpieza étnica" y deportación violenta de migrantes.

Más aún se alarmaron al ver la imagen captada durante el ataque, así como dos tipos de huellas, unas que iban en dirección a las montañas y otras de regreso al pueblo. 

-

Este evento inesperado trastornó aún más el panorama. Se determinó que la localidad fuese literalmente sitiada con una guarnición. 

-

La presencia diaria del "KKK" en la comunidad resultaría por demás ominosa para todos sus habitantes, y nadie podía vislumbrar con certeza el día en que la organización racista pierda el interés, y tome la decisión de abandonar ese pueblo leñador.







>> Episodio 3. "¡Viene la jauría!"




La mayoría de los habitantes seguían furiosos y muy indignados. Se dieron cuenta de que fueron hechos cautivos.

Nadie podía entrar o salir de Gravity Falls. Numerosas barricadas fueron colocadas en los caminos. Además, permanecía la incomunicación telefónica y de otras vías.

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Muchas madres se encerraron con los hijos en sus respectivos hogares. Los hombres y otras tantas mujeres permanecieron en la plaza principal. Discutían con los fanáticos invasores, y les exigían que el dispositivo bloqueador de señales de comunicación fuese desactivado.




A la mañana siguiente, fracasadas las negociaciones, los habitantes perdieron la paciencia y se lanzaron contra los custodios que vigilaban el aparato. Destrozaron el dispositivo inhibidor a fuerza de hachazos y golpes de diversos instrumentos tales como picos y azadones. 

Los racistas huyeron. Se reagruparon con sus compañeros que acampaban en las afueras.
 



Llegó la noche nuevamente.


Un nutrido grupo de vecinos montaba guardia afuera de la "Mystery Shack", al calor de la fogata y entre cánticos de libertad. El recinto había cobrado un valor simbólico muy alto para la localidad desde aquellos días después del "Weirdmageddon" y ahora más, aún por encima de la casa de gobierno, en donde el alcalde Tyler quedó abrumado y exhausto luego de numerosas conferencias de prensa, en donde la prensa y la opinión pública le reclamaban la tibieza con la que se reaccionó frente al cerco impuesto al pueblo.

-

Dentro de la "Mystery Shack" se llevaban a cabo fuertes discusiones acerca de las acciones a tomar, conscientes de que el aparato de gobierno local está completamente superado por la actual crisis. 

Llegó el momento de que Wendy tomase la palabra.
 

Wen: -Muy bien, ¡Por favor, chicos! Tengamos un poco de orden. Es mi turno de hablar. Escuchen. Ahora que funcionan de nuevo los teléfonos y la red podemos comunicarnos con el exterior y dar a conocer la situación, pero las carreteras siguen bloqueadas. Debemos organizarnos para romper el cerco, o de otro modo se terminarán los alimentos y otros suministros.

(Vecinos): 

-¡Esos tontos de blanco quieren rendirnos por medio del hambre! ¡Por eso nos tienen sitiados!

-¡Sí! Intentan presionarnos para que entreguemos a los inmigrantes escondidos en casas de algunos compañeros. Y recuerden que no han desistido en su intento por quemar esta cabaña y otras tantas.

-¡Es verdad!

-Algunos de los trabajadores huyeron hacia el bosque. Se dice que el "KKK" envió hombres para atraparlos. 

-Me duele admitirlo, de verdad, pero, ¿Qué podemos hacer si ya los capturaron del mismo modo que a "Soos"? Por ahora debemos pensar primero en nuestra situación, en nosotros.

-¡Oh! ¿Cómo puedes decir algo así? ¿Qué no tienes corazón?

-Sí tengo, pero también tengo mujer e hijos que alimentar. Si nos tardamos en romper ese cerco, el invierno nos acabará. ¡La leña podrá mantener ardiendo las chimeneas y proteger del frío a nuestras familias, pero no les llenará sus estómagos!

Wen: -¡Hey! ¡Orden, señores! ¡Tranquilos! ¡Escúchenme! Les recuerdo que en mi familia también somos leñadores. Sé muy bien  lo duros que son los inviernos en Gravity Falls, y cuánto dependemos de los suministros que nos llegan de afuera. Mi padre y yo proponemos un plan, pero necesitamos un grupo de voluntarios. Les advierto que se trata de una operación muy peligrosa, de modo que si alguien decide participar, que no lo haga a la ligera. ¿Quién dijo "yo"?

(Vecinos): 

-¡Oye! ¿Y a ti quién te puso a cargo?

-¡Sí, niña! ¿Por qué habríamos de hacerte caso?

-¡Por favor! ¡Más respeto para la hija de Varonil Dan! Ella también fue del equipo que peleó contra Bill Cipher. Alguna capacidad ha de tener esta chica para asumir un liderazgo aquí. Además, Melody le confió la cabaña antes de irse a Portland. Al menos hay que escucharla.

-Ah, de acuerdo. Habla ya, Wendy. Si tu plan es bueno y nos convences, te reconoceremos como nuestra líder.

Wen: -Muy bien, no se arrepentirán. Ahora, pongan atención, por favor...




Entretanto, en la nueva residencia de la familia Noroeste, el drama interno estaba por llegar a un punto de quiebre.
-
Preston revisó de nuevo los estados de cuenta. Más y más deudas. Él cerró los ojos y, sumamente nervioso, masajeó el centro de su frente con los dedos de una mano.
-
Las cosas habían empeorado. Aparte del chofer ya sólo les quedaban un par de sirvientes, el mayordomo y la cocinera, quienes se negaron a trabajar en otra casa, como una muestra de lealtad a sus patrones, hoy en serios problemas financieros.
-
Preston se levantó de la mesa. Fue hasta la habitación de su hija.

Ella acababa de conversar con Mabel, luego de que se reanudaron las comunicaciones en el pueblo. Mabel la enteró de los problemas con las redadas y los secuestros perpetrados por grupos racistas. 

Pacifica entendió la injusticia de esa situación. También sentía un poco de culpa, pues su padre recientemente ha despedido a muchos trabajadores inmigrantes.
-
Al escuchar que tocaban la puerta, Pacifica desvió su atención de la computadora.

Pres: -Pacifica, soy yo. Tengo que hablar contigo un momento.

Pac: -Sí, por supuesto, padre. Entra. Mabel, luego hablamos. Parece que mi papá tiene un asunto urgente.

Mab: -De acuerdo. Nos vemos mañana, amiga. Que descanses.

Pac: -Igualmente. Cuídate.

Preston ingresó a la habitación de su hija y tomó asiento en la cama de ella. Él se veía abatido. Por primera vez en su vida se sintió muy avergonzado.

Pacifica cerró su perfil en la red y apagó la computadora. De inmediato supo que se trataba de un asunto serio.

Pac: -Papá... ¿Qué sucede? ¿Es algo malo, verdad? Oh, vamos, siempre me has hablado del prestigio y el orgullo de la familia Noroeste. Levanta la cara y dime de una vez qué está pasando.

Tras un suspiro, Él se decidió a hablar. Ella seguía sentada.

Pres: -..........Tienes razón, hija. Yo, no sé por dónde empezar. Pues, como ya sabes, las finanzas aún no mejoran lo suficiente, a pesar de los recortes que hice en lo que quedó de nuestras empresas. ¿Sabes? Te concedo un poco de razón sobre lo que dijiste, acerca de si fue cruel despedir a toda esa gente, pero era necesario.

Pac: -Papá... ya no soy una niña. Tú no viniste para hablar conmigo sobre nóminas, impuestos y balances de pagos. Hay algo más que quieres decir, sobre mí. Y no te atreves. Lo veo en tus ojos.

Pres: -Vaya, te has vuelto muy perceptiva. Estoy orgulloso de ti, Pacifica. Bueno, creo que es inútil darle rodeos a este asunto. Al grano, pues. Hija, me pesa mucho esto, pero... creo que los recortes en los gastos han llegado a nuestra casa otra vez. Por el momento voy a cancelar tu suscripción al club ecuestre. Tampoco podremos mantener a tu poni, de manera que el club se lo quedará en garantía de pago. 

Pacifica sintió que moriría. Había creído que debería deshacerse del resto de sus joyas, o que debía renunciar a algunos privilegios, pero no esperaba tal situación sobre su mascota.

Ella se llevó las manos al pecho de inmediato.

Pac: -......¡¿Qué...?!


Pres: -Tranquila, yo sé que es un sacrificio muy grande, pero tienes que apoyar a esta familia poniendo algo de tu parte. Mira, te prometo que en cuanto nuestra situación mejore...

Pacifica se levantó de su silla, muy alterada. Apretó los puños y soltó lágrimas que no pudo contener. Movía la cabeza de un lado a otro, en señal de negación, sin dejar de mirar a su padre.

 
Pac: -¡No! ¡¡¡NO!!! ¡¡¡NOOO!!! ¡¡¡A mi poni NO!!! ¡No quiero que se lo lleven! ¡Tú dijiste que no debía preocuparme, que podía conservarlo sin problemas! ¡Me mentiste! ¡¡¡Me mentiste!!!

Pres: -Hija, ¡Cálmate, por favor! No es el fin del mundo. Se trata sólo de un animal. Te compraré otro poni después, cuando nuestras finanzas se recuperen. ¡Te doy mi palabra! 

Pac: -¡Ahhh! ¿¿¿Cómo puedes decirme eso??? ¿¿¿Que no lo entiendes??? ¡¡¡Yo amo a mi poni!!!

Pres: -¡Pacifica! Baja la voz, por favor. ¡Hey! ¡Hija! ¿A dónde vas? ¡Vuelve aquí! No hemos terminado de hablar.

Ella abrió la puerta y se disponía a salir de la casa.

Pac: -¡Tú no habrás terminado de hablar, pero yo sí! Snfff, me voy a ver a mi poni. ¡Al menos déjame despedirme de él!

-

Pacifica llamó al chofer, quien acudió de inmediato.

Ch.: -¿Sí, señorita Pacifica? A sus órdenes. ¿Qué se le ofrece?

Pac: -¡Llévame al club ecuestre! ¡¡¡Rápido!!!, ¡¡¡AHORA!!!¡Snnfff...!

Ch.: -Disculpe, Señor Preston, ¿Es conveniente que su hija viaje en ese estado?

El padre de Pacifica llevó sus manos a la espalda e hizo lo posible por preservar la compostura.

Pres: -Sí, sí, llévala. Maneja con cuidado. Deja que se quede todo el tiempo que necesite. Ah, espera, voy a hablarle a mi esposa, para que los acompañe. Si ocurre cualquier imprevisto, me llamas.

Ch.: -Como usted diga, señor. 

Minutos después, Pacifica y su madre partían juntas a bordo del auto. 

-

Durante el viaje, el chofer, temeroso por la estabilidad de su empleo, a momentos miraba hacia las damas a quienes servía, a través del espejo retrovisor.


Llegaron hasta el club. 

-

En cuanto el chofer abrió la puerta del auto, Pacifica salió presurosa y corrió hacia los establos.

La señora Noroeste se quedó atrás. 

Prisc:-¡Pacifica! ¡Espérame!

-

La pequeña rubia se reunió con su poni. El equino bebía de un cubo con agua. Al momento de verlo, ella se calmó un poco y caminó hasta él para abrazarlo. 

La chica se secó las lágrimas y mostró una sonrisa.

Pac: -...Hola, amigo. Perdóname por no venir a verte ayer. ¿Estás bien? ¿Tienes sed? Vamos, bebe un poco más. Bebe. 

La señora Priscila se mantuvo a la distancia.

Prisc:-Hija, lo sentimos mucho. Esto es, una pesadilla...

-

Luego de pasar las manos encima de la crin de su poni y acariciarle un poco la cabeza, Pacifica lo volvió a abrazar. 

Pac: -...No voy a dejar que te lleven. ¡No lo permitiré! Haré lo que sea para conservarte. Es hora de dejar el orgullo a un lado. Sí, aún nos queda una opción...

-

A partir de ese día, Preston y Priscila perdieron totalmente el control sobre su hija. En adelante, Pacifica empezó a tomar plenamente sus propias decisiones.




Nuevo amanecer. 

Dentro de la "Mystery Shack", una comisión de leñadores trazaba los detalles de un arriesgado plan para romper el cerco impuesto desde hace días.

-

Por su parte, Wendy y su pandilla de amigos hablaban acerca de un problema adicional que les ha salido al paso. Candy y Grenda también estaban presentes en esa reunión a puerta cerrada, dentro del cuarto en el altillo donde habitaron Dipper y Mabel durante el verano pasado.

Wendy sacó su teléfono y le mostró al grupo la imagen de la extraña criatura que atacó a las brigadas supremacistas.

Wen: -Muy bien, mientras mi padre y sus compañeros leñadores se ponen de acuerdo en esa operación que busca liberar los caminos, ustedes y yo debemos encargarnos de este otro asunto. ¡Es urgente! De otro modo, ellos no podrán comenzar. 

Lee: -Sí, yo también vi esa imagen en el noticiero. Shandra sacó esa nota, pero en este pueblo todos estamos tan agitados con esto de la ocupación, que de seguro muy pocos le pusieron atención a ese reportaje.

Nate: -Es verdad. ¿Ahora quién está de humor para esa clase de informaciones? Pero, Wendy, ¿Qué tiene que ver esa supuesta criatura con nuestros problemas?

Wen: -¡Oh, vamos, chicos! ¿Es tan difícil de entender? Se dice que esos fanáticos del "KKK" se enfurecieron cuando este monstruo apareció de la nada y los hizo morder el polvo. Por eso sitiaron el pueblo. Están intrigados y muy molestos. No quieren irse hasta dar con la criatura y destruirla. Un asunto de machos, ya saben. 

Cand: -Ah, ¿Entonces esos locos no se quedaron sólo por los inmigrantes que todavía no logran atrapar?

Gren: -Bueno, bueno, los tontos de blanco van tras una criatura sobrenatural del bosque. Entonces, ¿Nuestra misión es evitarlo o qué?

Wen: -Hmn, algo así, Grenda. Más bien se trata de ir a la parte mágica del bosque y pedir a sus moradores que controlen a su amigo. También debemos convencerlos de que se escondan. Ni a ellos ni a nosotros nos conviene que los sitiadores del "KKK" sigan aquí y pongan nuestras vidas de cabeza un día más.

Lee: -Está bien, Wendy. Cuenta con nosotros. Solamente dinos qué es lo que necesitas.

Wen: -De acuerdo. Este es el plan: Candy, Grenda, ustedes me van a acompañar de nuevo hasta la taberna de los gnomos. Esos enanos ya nos conocen. Hablaremos con ellos y con su líder. Nos dirán lo que necesitemos saber sobre esa criatura misteriosa. Aprovecharemos que son muchos para que corran la voz y lograr que los demás seres del bosque se mantengan ocultos. Tambry, Nate, Thompson, ustedes vayan por el oso blanco disecado que se encuentra en la galería. Sáquenle el relleno para que se vuelva ligero y háganle las modificaciones que acordamos. Ténganlo todo listo para cuando regresemos. Lee, tú también me acompañarás al bosque y llevarás las provisiones. ¡Vamos, andando!

El equipo comenzó a movilizarse. Abrieron la puerta y se dispusieron a realizar sus respectivas tareas.

-

Justo antes de que Candy y Grenda salieran de la cabaña, Wendy les pidió una breve pausa.

Wen: -Chicas, espérenme unos minutos. Creo que antes de partir debo hablar con Tambry un poco.

Cand: -De acuerdo. No te tardes.

Alrededor, otras gentes entraban y salían de la "MysteryShack". Nuevos voluntarios.

Wendy caminó y se dirigió a su amiga, quien se encontraba sentada en un tronco.

Wen: -Oye, Tambry, hace unos días que te veo muy rara. ¿Qué te sucede?

Tambry quiso evadir la pregunta, refugiándose en la consulta de sus redes sociales. Mandaba nuevos mensajes de texto a través de su teléfono. También evitaba mirar a Wendy de frente.



Tam: -¿Qué? A mí no me pasa nada. Estoy bien. Vamos, vete ya al bosque. Buena suerte. Yo, en un momento me voy a ayudar a los chicos.

Wendy le quitó el aparato a Tambry, que protestó de inmediato.

Tam: -¡Hey! ¿Qué haces? ¡Devuélvemelo!

Wen: -Tambry, Mírame. ¡Vamos, mírame! Sé que algo te ocurre. Dímelo: ¿Porqué Robbie no está aquí contigo? ¿Se pelearon, verdad? Por eso estás así. Por favor, podemos hablar. No tienes porqué refugiarte en una pantalla. 

Tambry se cruzó de brazos y cerró los ojos por unos instantes.

Tam: -Yo... no tengo porqué hablar contigo sobre eso. ¡Oh, de acuerdo! ¡Sí, nos peleamos! Ahora lo sabes. ¿Ya estás contenta?

Wen: -¡Hey, tranquila! Amiga, no hago esto para molestarte todavía más. Es que, en los últimos años creo que nos hemos distanciado. Seguimos juntas desde niñas, pero en aquel tiempo eras mucho más alegre, y ahora te has vuelto muy callada. No creo que sea culpa de un teléfono ni de las redes, o de Robbie. Es algo más. 

Tam: -Wendy... éste es el peor momento para tocar ese tema. Si tuviera algo qué decirte sobre eso, no sería nada bueno. Puedes apostar.

Wen: -Tambry, sea lo que sea, ¡Dímelo! No es correcto que estés entre amigos y de todos modos te mantengas aislada, como dentro de un caparazón.

Tambry se levantó de su asiento y encaró a Wendy. Una discusión estaba por comenzar. 

Tam: -........De manera que quieres saber qué me tiene tan molesta desde hace tiempo. ¡Muy bien! Tú lo pediste. Wendy, estoy harta de que me trates como si fuese tu sombra.

Wen: -......¿Qué?

Tam: -¡Sí! ¡Ya me oíste! ¿Crees que nunca me entero de lo que murmuras, cuando alguno de tus ex-novios termina relacionándose conmigo? Siempre piensas que lo hago para atacarte. ¡Eso es una tontería! También tengo sentimientos y necesito que alguien me quiera. ¿Por qué sientes que eres mejor que yo?

Wen: -¡Tambry! Pero... ¡Eso no es verdad! 

 -




Tambry empezó a derramar lágrimas mientras seguía con sus alegatos y recordaba una desagradable anécdota.

Tam: -¡Ahh! ¡Claro que sí! ¡"Le voy a arrancar ese mechón pintado"! Lo dijiste cuando tú y los demás se negaron a ir al concierto, después de enterarse de que Robbie y yo nos enamoramos. ¿O acaso lo vas a negar?

Wen: -......¿Cómo lo sabes? 

Tam: -Snnff, Robbie y yo estábamos muy felices en esos días. Fuimos juntos a la casa de Thompson, para darles la noticia, pero antes de entrar los escuchamos a ti y a los demás. Hasta el tal Dipper se molestó con nosotros. Nos dimos media vuelta y nos fuimos para no oír más. Ninguno de ustedes se dio cuenta.

Wendy sintió como si le cayese encima el famoso balde con agua fría. Reconoció su culpa de inmediato.

Wen: -...Oh, Tambry. Sí, yo dije todo eso. Sé que no tengo derecho a pedírtelo, pero compréndeme. Tuve una relación sentimental con Robbie antes de que él estuviera contigo. En su momento pensé que Robbie era un chico con carácter y muy sincero, pero me mintió y no se lo pude perdonar. Cuando los vi juntos, yo aún no había asimilado nuestra separación del todo. 

Tambry se cubría los ojos con una manga de su suéter. Como mujer, estaba pasando por uno de los momentos más dolorosos de su vida.

Tam: -Sí, claro. Y por eso te enfureciste al saber que yo estaba con él. ¡Pues ya puedes sentirte aliviada! ¡Snnff! Ni siquiera tuviste que mover un dedo para darme una lección. Sabías que Robbie es un enfermo venenoso disfrazado de chico "cool" y dejaste que yo cayera también. Pudiste haberme prevenido. Ya sé que no te habría hecho caso de todos modos, pero como amiga ¡Tú deber era habérmelo dicho! ¡Uggghhh!

Wendy vio cómo Tambry caía de rodillas y sufría. Wendy también se hincó y abrazó a su amiga, que se resistía a recibir algún tipo de consuelo.


Wen: -¡Tambry, Tambry! ¡Perdóname! Nunca pensé que te hacía daño. ¡Perdón!

Tam: -¡Ah, suéltame! ¡Mentirosa! ¡No te creo nada!


Wendy se aferró a su amiga durante un minuto, o dos, hasta que Tambry cedió poco a poco y aceptó dialogar.



-

Desahogada de sus penas, Tambry dijo que todo estaba bien entre ellas, que no era necesario perdonar.

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Apresurada por la misión pendiente en lo profundo del bosque, Wendy respondió que a su regreso volverían a conversar sobre el asunto. 

Se abrazaron una vez más y se despidieron por el momento.

-

Empezaba a nevar. En cuestión de minutos, los magros pastizales habrán de quedar cubiertos nuevamente de blanco. El sol del mediodía quedaría oculto entre densas nubes. 

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Antes de que Wendy se alejase, Tambry hizo otra revelación, igualmente difícil de asimilar.

Tam: -Por cierto, no te dije exactamente por qué terminé con Robbie. Es mejor que tú y los chicos no cuenten con él. Robbie... está de acuerdo con esos estúpidos del "KKK". Hizo comentarios racistas que me hirieron mucho. ¡Dios! Pero qué infierno deben estar pasando esos migrantes y sus familias. No soy latina, pero sé lo que se siente que te vean como un enemigo sin merecerlo.

Wen: -¡Oh, no puede ser! Ahora me queda todo más claro. Ay, Robbie, Robbie. Tranquila, amiga. Mejor ve de regreso a  la cabaña. Bebe algo caliente y abrígate, por favor. Nate y Thompson pueden hacer su encargo. Tú, sólo descansa.

Tam: -No, no. Yo, quiero ayudar. Ahora mismo voy con los chicos. Date prisa, Wendy, Esperamos tu regreso. Cuídate.

Wen: -Sí, gracias.  Cuídate tú también. Nos vemos después.


Wendy había dejado la gorra blanca y azul en el cuarto del altillo, antes de salir. Se puso un nuevo gorro para el frío.

Ella también tomó su hacha.

Candy y Grenda permanecieron lejos de aquella discusión entre las adolescentes. Ambas niñas se habían acercado en cuanto escucharon lamentos. Preguntaron lo más obvio, una vez que Wendy se aproximó.

Wen: -Muy bien, chicas, ya vámonos. Perdón por hacerlas esperar.

Gren: -¡Hey! ¿Porqué tardaste tanto? ¿De qué hablaban? Parece que discutieron mucho.

Cand: -Sí, Wendy. No estamos ciegas ni sordas. Estaban algo lejos, pero escuchamos que Tambry lloraba. Tú también te ves afectada. ¿Qué fue lo que pasó? ¡Dínoslo! 

Wen: -Amigas, se trata de un asunto muy personal. No puedo contarles todos los detalles. Sólo les puedo revelar lo principal. Tambry rompió con Robbie. Ella está muy triste, y quería hablarlo conmigo.

Cand: -Oh, qué pena. Lo siento mucho. Ya bastantes cosas feas han pasado en este pueblo últimamente.

Wen: -Sí, es cierto. En fin. Ahora debemos concentrarnos en nuestra misión. ¿Sí traen botas especiales para la nieve y abrigos gruesos, verdad?

Gren: -¡Por supuesto!

Wen: -Qué bueno, porque el reporte meteorológico de esta mañana pronosticó una fuerte nevada y ventiscas. La temperatura caerá hasta los veinte grados bajo cero, y podría empeorar. ¡Esto no será un día de campo, chicas! No es como la última vez que fuimos junto con Mabel, para ver al unicornio. 

Cand: -Ya lo sabemos, pero no importa. Vamos hacia la zona mágica del bosque y no regresaremos hasta tener respuestas.

Wen: -Así se habla, Candy. Ahora pongan atención. Aunque tenemos prisa, iremos despacio. Muchas trampas para osos no fueron desactivadas a pesar de que esos animales están hibernando. Quedaron cubiertas por la nieve, y solamente yo tengo experiencia para detectarlas, de modo que ustedes van a caminar atrás de mí todo el tiempo. Y pase lo que pase, manténganse juntas. 

Gren: -De acuerdo, como digas, Wendy, pero, ¿Y qué pasó con Lee? ¿No va a venir con nosotras?

Wen: -Sí, sí va a acompañarnos. Él va a llevar la mochila con las provisiones. Tardó en prepararla. Supongo que en unos minutos saldrá de la cabaña. 

-

En efecto, Lee salió momentos después con el equipamiento.

Alcanzó a las compañeras.

Él estaba algo agitado.

Lee: -¡Pfff! ¡Pff! Ya está todo listo, Wendy. ¡Son muchas cosas!

Wen: -Ah, discúlpame, Lee. Sé que llevas mucho peso. Hay que estar prevenidos. No sabemos si el clima pueda empeorar todavía más y debamos acampar. Muy bien, no hay tiempo qué perder. ¡Vámonos!




Noche. 

-

En la casa de la familia Noroeste continuaba el marasmo, pero Preston y su esposa aprendieron a manejarlo en silencio. 

-

La señora Priscila dejó de llorar a cada momento como solía hacerlo. 

Preston ya no habló más de negocios frente a su esposa e hija, y mejor se dedicó plenamente a esos asuntos en su oficina. También acudía a numerosas diligencias, las cuales ocupaban la mayor parte de sus jornadas. Luchaba por reestructurar su empresa, la cual perdió competitividad a causa de una fuerte baja en la producción.




Por su parte, Pacifica meditó durante muchas horas. Sólo le quedaba un par de semanas antes de que su poni fuese apartado de ella, así que se aferró a una determinación. Pero también consideró que necesitaba utilizar las palabras adecuadas.



Después de terminar la cena, Pacifica se levantó y caminó hasta donde se encontraba su madre. La señora Priscila se mostró intrigada.

Pac: -Mamá, hay algo que debo decirte. Sé no será fácil para ti aceptarlo, pero tienes que entenderme.

Prisc:-¿Qué sucede, hija? ¿Y por qué me miras así?

Pac: -¡FFF! Muy bien, aquí voy. Qué bueno que te encuentras sentada. Tal vez esto te cause mucho ruido. Mamá, he tomado una decisión. Yo... voy a trabajar.

Mientras comenzaba a escuchar a Pacifica, la madre bebía agua mineral de una copa, pero se atragantó y escupió lo ingerido al momento de oír semejante declaración. 

Luego de toser, la señora Priscila tomó una servilleta y limpió sus labios. Retomó los modales.

Pasó una mano encima de la cabellera rubia de Pacifica. Fuertemente impresionada, la madre replicó de una manera por demás previsible. De momento, no sabía si molestarse o incluso reír.

Prisc:-¡ TFF, tff. tff ! ...¡Hija...! ¡Qué ocurrencia! ¡Ay, mira lo que provocaste! Esto es, vergonzoso. Escúchame. Tu padre y yo tenemos problemas, pero les hacemos frente. Él hace todo lo posible por salvar los negocios. Yo renuncié a muchas de mis joyas. Haremos lo que sea para que tú estés bien. Eres nuestro mayor tesoro y te amamos, aunque pienses que somos malvados. Jamás, jamás permitiremos que tú... tengas que, trabajar. Ay, qué horrible se oye eso. ¡No puede ser! ¡Hasta dónde hemos llegado!

Priscila se llevó una mano al rostro. Se prometió a sí misma que no lloraría más frente a su hija, para no mortificarla.

Prisc:-Hemos estado muy serios por aquí desde hace meses, pero ya te he dicho que las bromas son de mal gusto. A ver, déjame revisarte la frente. ¿Tendrás fiebre o algo? 

Pacifica insistió.

Pac: -Mamá, ¡Hablo en serio!

Prisc:-Sí, sí. Creo que te llevaré al hospital, para que te examinen. 

Pac: -¡Hey! ¡Deja de ignorarme y escúchame! La mayoría de la gente trabaja, y eso no es malo. Vamos, cálmate por favor. Tengo un plan. Creo que al menos sé cómo salvar a mi poni. De eso se trata lo que tengo entre manos. 

Prisc:-¿Plan? ¿Cómo que un plan? Lo siento, pero tu padre tiene razón. Estoy de acuerdo contigo en que es muy difícil, pero por ahora debes aceptar el sacrificio. En cuanto las cosas mejoren, tendrás todos los ponis que quieras. Te lo prometo.

Pac: -Ah... ¿Pero cuándo aprenderán? Mamá, en esta vida hay cosas que valen algo más que dinero. Tú misma acabas de decir cuánto me quieres. Yo, también quiero a mi poni. Y por él estoy dispuesta a aceptar lo que me ofrecieron hace tiempo.

Prisc:-¿Cómo? ¿De qué estás hablando?

Pac: -Oye, ¿Recuerdas cuando ustedes me pagaban inserciones de tiempo en la televisión, y notas en los periódicos y revistas? Con eso me crearon una fama artificial, pero luego se volvió muy real. Mucha gente en este pueblo y de otras partes se volvieron admiradores, y eso mejoró más cuando permití que todos entrasen a la mansión aquella noche, aunque tú y mi padre estaban tan enojados que ni siquiera lo notaron.

Prisc:-S-sí, sí, podrá ser cierto, pero... ¿Qué tiene que ver todo eso con nuestra situación ahora?

Pac: -Pues, en mis mejores momentos muchas firmasde prestigio me ofrecieron que modelara para esas marcas, en spots de televisión y cosas así. Varios representantes me dieron su tarjeta. En aquellos días los rechacé, por supuesto, pero la situación ha cambiado. Voy a llamarles. 

Prisc:-Pero, hija, no creo que sea tan fácil como lo supones. Además, seguramente sabrán que vas hacia ellos porque necesitas el dinero. No. No es una buena idea. Además, estás muy joven para eso. Cuando yo comencé, tenía como cinco años más que tú.

Pac: -Oh, mamá, míralo de esta manera: Tú fuiste modelo y reina de belleza. Podemos decirle a la opinión pública que tengo la misma inquietud y no hago más que seguir tus pasos.  Sí llegan a preguntar, aceptaré que nuestra familia enfrenta problemas, pero sabré convencerlos de que nosotros estamos de regreso en la escena, que el dinero no me importa tanto como ellos puedan suponer y me interesa más la imagen, y todo lo que quieran escuchar. Estoy acostumbrada a las entrevistas y a esos "paparazzis" chismosos de la prensa. ¡Sé que puedo manejarlos! 

Prisc:-...No lo sé. Suena bien que quieras hacer algo para conservar a tu poni, pero el mundo del modelaje es como una jungla llena de fieras salvajes. Todas tus rivales lucharán para destruirte a la menor oportunidad. ¿Por qué crees que yo me volví tan estricta con tu educación? Aquella vida me afectó mucho. Y también está el problema con tu padre. ¿Cómo vas a convencerlo?

Pac: -¡Por favor! Claro que no estoy sola e indefensa. ¡Cuento contigo! ¡Sé mi representante! Enséñame todo lo que deba aprender. En cuanto a mi padre, podemos decirle que necesito un nuevo pasatiempo para distraerme de los problemas, que quiero volver a tener la atención de los medios para satisfacer mi vanidad, ah, ya se nos ocurrirá algo. ¿O qué?: ¿Vamos a seguir aquí, lamentándonos, como un par de perdedoras?

Prisc:-Pues, no, pero...

Pac: -¡Anda! ¡Decídete y ayúdame! Ustedes me lo decían todo el tiempo, que lo importante es ganar. ¡"Ganar y ser linda"! ¿Ya lo olvidaste? Además, esto te servirá a ti también, para que dejes de llorar y sientas que recuperamos el control de nuestras vidas. ¡Vamos! ¿Qué estás esperando?

La señora Noroeste lo pensó por un momento más. Le gustó la idea de recuperar el control.

Prisc:-.........¡De acuerdo! Te ayudaré. Sólo espero que tengas razón y no fallemos en el intento.

Pacifica tomó la mano de su madre. Pudo sonreír por primera vez en varios días. Su entusiasmo crecía. 

Pac: -¡Todo saldrá bien! Ten fe. Ya verás que cuando las mujeres hacemos equipo, podemos lograr lo que queramos.

Prisc:-Pacifica... ahora que lo pienso, te comportas algo diferente desde hace tiempo, después de convivir con esos niños que llegaron al pueblo durante el verano pasado, los sobrinos de aquel viejo. 

Pac: -Stanley...

Prisc:-Sí, él. Parece que te hacían falta amigos para que pudieras sentirte mejor. No bastaban los lujos que te dábamos, y también exigías tener fama para compensarlo. Ahora veo porqué buscas impedir que se lleven a tu poni. Hija....... perdóname por no haberte comprendido últimamente. Supongo que estaba en mi propio mundo.

Pac: -Ah, descuida, mamá. Pero, qué bueno que lo reconoces. Aunque tampoco significa que en adelante nos volvamos como la madre Teresa o algo así. Mejor ven. Acompáñame a mi cuarto. Tengo muchas ideas para nuestro nuevo proyecto, pero necesito tu opinión.

Prisc:-Está bien, hija. Vamos.



Tras una difícil travesía en medio de la densa nevada y la temperatura congelante, Wendy y sus acompañantes llegaron a la parte más profunda del bosque.

La leñadora cortaba ramas para abrir paso al grupo. Más y más nieve les caía encima a todos.

Lee: -¡Demonios! ¡Este frío me está matando, Wendy! ¿Ya vamos a llegar?

Wen: -Sí. De hecho, ya llegamos, Lee. Ahí es. 

Gren: -Ah, qué bueno que lo logramos. No aguanto ni un minuto más aquí afuera.

Cand: -Ajá, yo tampoco. Espero que esos gnomos tengan bastante leña en la chimenea. ¡Mis manos se congelan!

Wen: -De acuerdo, entren, amigos. No bajen la guardia, y dejen que yo hable...









Wendy y las chicas entraron haciendo el mismo escándalo que la última vez. Candy tomó de nuevo una botella y la rompió, blandiendo el cuello del envase, en actitud amenazante. 

En cambio, Lee entró nervioso, pues esta situación era completamente nueva para él.

Wendy señaló con el dedo índice e hizo un advertencia.

Wen: -¡Muy, bien, enanos! No traten de pasarse de listos con nosotras. ¡Venimos acompañadas por un guardaespaldas muy hábil!

Lee miró hacia atrás.

Lee: -¿Quién? ¿Dónde?

Cand: -¡Sí! Recuerden que somos humanos, y tomamos lo que queremos.

Gren: -¡Sí!

A Lee le fue difícil entrar en tan pequeña puerta de acceso a la taberna, al grado de golpearse la cabeza con el techo en cuanto él trató de erguirse.

Lee: -¡ Auch ! Pero qué pequeño es este lugar. Mi cuerpo no cabe, Wendy.

Wen: -Pues entonces agáchate. ¿Qué esperabas? Todos los clientes de la taberna son enanos. Nosotros somos los que no encajamos aquí.

-

El jefe de los gnomos se hallaba sentado frente a la base de un tronco a modo de mesa, departiendo con muchos de sus subordinados. 

Miró a los intrusos, con una expresión de molestia en el rostro.

-

Jeff: -¡Ah! ¿Ustedes otra vez? No sé qué es lo que quieren ahora, pero no cuenten con nosotros. Ya bastantes problemas nos han causado los humanos.

Wen: -Precisamente sobre eso hemos venido a hablar. Al parecer uno de sus amigos vino al pueblo y agredió a unos locos invasores que no se quieren ir hasta dar con él. ¡Esto es urgente! Si nuestros sitiadores no se van, en Gravity Falls se quedará la gente sin comida, y los cazadores vendrán a buscar a quién los atacó hasta el corazón mismo del bosque. Eso los pondrá en peligro a ustedes también.

Jeff: -¡A ver, a ver! ¡Cierren esa puerta, que hace mucho frío! Y tú, despacio, niña. Hablas muy rápido. Empieza de nuevo. ¡Desde el principio! ¿Cómo es eso de que estamos en peligro?

Wen: -De acuerdo. Escucha con atención, pigmeo. Te daré todos los detalles.




Candy y Grenda se colocaron al lado de la mesa. Lee tuvo que mantener el cuerpo bajo y plegado para poder permanecer sin golpear su cabeza con algo.

Wendy tomo asiento junto a Jeff, y le hizo una relación de los acontecimientos que aquejan a Gravity Falls desde hace días.

-

Ella le mostró a Jeff la imagen de la criatura en cuestión. El jefe de los gnomos agarró el dispositivo telefónico y miró la pantalla, pero después movió la cabeza de un lado a otro.

Los otros gnomos se miraron entre ellos y admitieron no saber nada.

Jeff: -Hmn... Lo siento Wendy, pero a este tipo no lo conocemos.

Wen: -¿En serio? Sé que es una imagen algo borrosa, pero creí que lo reconocerían de inmediato. 

Jeff: -¡Por favor! Los chicos y yo hemos habitado en este bosque desde antes de que tus antepasados llegaran como pioneros a bordo de carretas. Conocemos a todas y cada una de las criaturas que habitan aquí y en las montañas, y jamás habíamos visto a este monstruo. Supongo... que debe tratarse de un recién llegado.

Wen: -¿Un recién llegado?

Jeff: -Sí, eso debe ser. No creas que todas las criaturas mágicas del bosque son originarias de este mismo lugar. Con el tiempo han venido otros seres desde lejanas tierras, por varios motivos, porque esta zona les atrae, porque aquí se sienten todos más seguros, en fin. Lamento no poder ayudarte, pero al menos puedes estar segura de que este monstruo no es de los nuestros. 

Wen: -Oh, vaya. Esto se complica cada vez más. Tú eres el jefe aquí, de modo que entiendes la gravedad de esta situación. Cuentan que esa criatura es muy peligrosa, y que le siguen el rastro. De verdad, ni a ustedes ni a nosotros los humanos nos conviene que este problema continúe.

Jeff: -¿Y qué sugieres, leñadora de cabello rojo?

Wen: -Corran la voz. Si ven a ese monstruo, no duden en avisarnos. Si alguien, no sé, los "hombres-tauro" u otro de sus amigos llega a encontrar al recién llegado, intenten convencerlo de que se calme, que aquí hay lugar para todos.

Jeff: -Decirlo es más fácil que hacerlo, jovencita. Si es tan peligroso como dices, entonces tal vez sea un depredador que no vino en son de paz.

Wen: -Si ese fuera el caso y no pueden hablar con él, lo más conveniente es que nos volvamos a reunir para trazar un plan y sacar al monstruo de aquí. 

El gnomo sintió un ataque de nervios, y bebió un poco.

Jeff: -Ay, niña, cada vez que nos encontramos con los humanos, algún problema aparece. ¿Qué le vamos a hacer? De todas maneras, gracias por venir a enterarnos de todo eso. Los muchachos y yo mantendremos los ojos bien abiertos. Haremos circular la noticia.

Wen: -De acuerdo. Entonces, nos vamos. Gracias por tu tiempo.

Jeff: -¡Oigan! Allá afuera hasta el "Yeti - hombre de las nieves" se está muriendo de frío. Quédense con nosotros y esperen a que el clima mejore. Vamos, yo invito, ¡Hey, tabernero!, sírvele a nuestros invitados lo que pidan.

Wen: -Gracias, pero, no sé si sea buena idea. Tenemos prisa por regresar a casa.

Gren: -¡Oh, por favor, Wendy! No seas aguafiestas. 

Candy no tuvo que escuchar la invitación del jefe dos veces. Ella fue de inmediato hacia la barra y tomó asiento. 

Cand: -Sí, amiga. Me urge beber algo caliente. Oye, gnomo, ¿Aquí sirven cafés capuchino y chocolates triples?

Grenda hizo lo mismo que Candy y se sentó a un lado. Azotó uno de sus puños.

Gren: -¡Yo quiero uno cuádruple! Y denle una pajilla a mi amiga. Tiene vendajes en las manos y por ahora no puede sujetar nada. ¡Hey! ¡Servicio! ¡Rápido, por favor! Y no me mires así.

Wen: -Hmnn... Lee, ¿Tú qué dices?

Lee: -Opino que ellas tienen razón. Nos vamos a congelar si salimos. Tú estás curtida y aguantas los inviernos, pero ellas no están acostumbradas a tanto frío.

Wen: -¡FFF! Tienes razón. Amigo, chicas, disculpen. Es que pienso mucho en los vecinos del pueblo. Mañana se ejecuta el plan para despejar los caminos, y yo debo estar ahí.

Cand: -Relájate, Wendy. Sé que podremos regresar a tiempo. Por ahora descansemos un poco.

Otro de los gnomos se encontraba de pie, cerca de ellas, con un tarro en la mano. Decía la misma cantaleta de siempre.

Sch: -¡Schmebulock...!

Grenda miró con simpatía al enano y le devolvió el gesto, o al menos creyó que eso hacía. 

Ella levantaba su propio tarro, lleno de chocolate caliente.

Gren: -¡Sí! ¡"Schmebulock", o como se diga! ¡Salud, amigo!

Cand: -No, Grenda. No lo dijo para hacer un brindis. Él así se llama: "Schmebulock". 

Gren: -Ah, perdón. No lo sabía. O ya se me había olvidado.








La mañana siguiente.

10:00 a.m.

-

De regreso en Gravity Falls, Había llegado el momento de ejecutar el plan para liberar los caminos y romper el cerco.

-

Para cuando Wendy y sus compañeros regresaron del bosque, se enteraron de otra mala noticia: los fanáticos del "KKK" lograron subir al techo del edificio de televisión local, sabotearon tanto a la antena emisora principal como la de emergencia y respaldo. Los supremacistas lo hicieron en un esfuerzo desesperado por mantener incomunicada a la comunidad de Gravity Falls. 

Sin embargo, la suerte estaba echada. Los habitantes del pueblo se encontraban ya muy enojados por la afrenta, y estaban por demás decididos a liberarse. 





Wendy, su padre y  varios compañeros leñadores tenían listo el tracto-camión. Lee estaba al pendiente, asomándose en el remolque de carga, entre los troncos.

Tambry, Nate y Thompson se hallaban en el sitio acordado, al borde de un precipicio, ocultos tras un enorme peñasco.

Otros grupos de apoyo tomaron sus posiciones.





Comenzó la operación.

-

Un par de habitantes se acercó lentamente al campamento en donde estaba una de las brigadas del "KKK". 

-

Por su parte, aquellos racistas discutían sobre su propia situación.


Seg. Grup. KKK 2: -...¡Uffhgg! ¡Maldito frío! Nuestros jefes ordenaron que sigamos en este odioso pueblo. ¿Para qué? ¿No se supone que ya nos llevamos a todos los salvajes?

Seg. Grup. KKK 1: -Hay informes que hablan sobre migrantes ocultos, en algunas casas de esos estúpidos leñadores. Pero tranquilo, pronto se le acabará la comida a este pueblo, y veremos cómo sus habitantes nos entregarán a esos morenos despreciables a cambio de quitar las barricadas. Sólo hay que esperar un poco más.

Seg. Grup. KKK 3: -¡"Esperar un poco más"! ¿Cuánto tiempo? ¿Días? ¿Semanas, tal vez? ¡Los jefes no se congelan el trasero como nosotros! Y eso de la criatura que atacó a los compañeros me parece una tontería. Tal vez se trató de un loco disfrazado que quiso asustarnos, y engañarnos con alguna leyenda de estos supersticiosos de Gravity Falls.

Seg. Grup. KKK 2: -¿Tú crees?

Seg. Grup. KKK 3: -¡Sí! Es lo más seguro. ¡Por favor! ¿De verdad crees que un hombre lobo gigante anda suelto por ahí, defendiendo a los migrantes? ¡Es una treta llevada a cabo por estos leñadores! 

Seg. Grup. KKK 1: -Eh, sí, es posible, pero de todos modos, órdenes son órdenes. Debemos seguir aquí hasta... ¡Un momento! ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué es lo que buscan? ¡¡¡Alto ahí!!!

Los brigadistas aprestaron sus armas y apuntaron hacia el par de lugareños que se acercaban.





 

Historia y Dibujo:@_Misterioso_C

Color y edición:@_Misterioso_MAC

 
- 2017 - 

(Nota:  Los episodios se publican por pequeñas partes con aviso previo vía twitter. Gracias. )